Beiña, es el diminutivo en gallego de la dueña de esta preciosa muñeca, mi amiga Beatriz de Cea
Tiene esta bellisima cara, de expresión angelical, realizada en una finísima porcelana, con ojos de cristal, durmientes, pestañas de pelo natural, boca abierta con dos dientes y pelo ondulado de mohare, (original)
Pero que estaba así, antes de la restauración, los ojos estaban sueltos dentro de la cabeza, y las pestañas habían desaparecido casi por completo, un gran pegote de pegamento marrón tapaba la mitad de la frente, que con anterioridad había servido para sujetar un mechón de mohare; al resto del pelo que formaba una peluca de ondas, le pasaba casi lo mismo, que los mechones se mantenían más o menos, pero muchos estaban sueltos, pues la peluca contrariamente, al resto de pelucas pelo de mohare para muñecas antiguas, no estaba cosida, solamente pegada, en un casquete de tela marrón.
Le he conservado la diadema original, de florecitas diminutas, pero se le han tenido que rehacer las dos rosas laterales, que estaban hechas en genero de seda, y le deshicieron por completo, en el proceso de arreglo.
La tela azul, de su ropa interior, también se la he tenido que sustituir, pues la polilla le había hecho estragos, le he aprovechado las puntilla de los bajos, y sacado los patrones, para hacérsela tal cual era el modelo original.
El cuerpo de esta muñeca está hecho en madera, cartón y composición, es semi-articulado, es decir, de pierna y brazo, recto de una sola pieza, y en su interior se alberga un mecanismo que hace un sonido como de lloro, tirando de una cuerdas que salen por unos agujeros en uno de los costados.
Este es el artilugio que produce el sonido de lloro, esta formado por una especie de fuelle que echa aire a través de un silvato y produce el ruido.
El tronco de cartón, esta partido por la mitad, y el fuelle va unido a el con un tornillo.
Es muy difícil reparar estos mecanismos, pero después de una buena limpieza, engrasándolo un poquito, y sustituyendo las cuerdas rotas, y enganchado en su sitio una le las alambres, que estaba colgando, he conseguido que vuelca a sonar.
También le he hecho zapatos nuevos, de piel, los originales de fieltro estaban llenos de agujeros de polilla; le he hecho dos dedos que le faltaban en ambas manos y las flores del vestido, y conservado
las hojas verdes, que al estar hechas de otro genero, se habían conservado mejor que la seda.
La base del vestido, hecho en organza natural azul, se ha conservado bien, en el paso del tiempo, y se le ha respetado en su totalidad, está cual, era en origen.